La comodidad de ser ateo

Este es un fragmento de algo que estoy escribiendo bajo el Título: "¿Por qué dejé de ser ateo? Es algo así como la introducción. Habla de la comodidad y la popularidad del que dice ser ateo.

He escuchado en más de una oportunidad la frase “no tengo que darle explicaciones a nadie”, tal vez más de uno, en más de una oportunidad la hemos usado para escapar del compromiso, la responsabilidad, o simplemente la confrontación. Apelamos al argumento de que somos libres, que nada nos ata y que es mejor así. Me he preguntado en más de una ocasión que es más fácil, ¿ser cristiano o ser ateo? Y he llegado a la conclusión que el camino más fácil es el de ser ateo. Es que la moda tiende a eso, ¿Por qué? Porque si yo digo que creo en Dios, primeramente; si no me insultaron todavía o me miraron con lástima, tengo que argumentar mi fe, tengo que dar explicaciones del porqué creo en algo o alguien que no veo. Si todavía, decido dar el paso de ser cristiano; entiéndase por aquella persona que ha aceptado vivir siguiendo el ejemplo de Cristo, entonces tengo que vivir bajo la presión de la sociedad a tener una vida perfecta, y ante el primer error, la primera falta, o el primer pecado, esos mismos “libres” que no le dan cuentas a nadie, señalan diciendo: ¿pero vos no sos cristiano? ¿No deberías dar el ejemplo? Entonces toda esa predica de no dar explicaciones a nadie no se aplica en éstos casos, más si la ocasión es propicia para desacreditar a un “religioso”.

¿Cuántas veces hemos escuchado que si se termina el amor hay que separarse? Pero ¿qué sucede si un cristiano o un religioso se separa? Caerá bajo la condenación de los que se mantenían tolerantes ante otros. Entonces hay como una especie de lupa más grande para aquél que profesa una fe, hay reglas midiéndole continuamente para que lleve una vida perfecta. Entonces, si yo digo que no creo en Dios, la discusión termina ahí, hasta puede ocurrir que me lleve la aprobación y hasta el aplauso de la otra persona....


continuará.....