Besos de mi esposa
Ese idioma que transcribe las palabras,
a uno mas sublime y lo transmite desde el alma.
Las ahoga, las desata
las pronuncia con miradas.
Son silencios, fieles mas que perolatas,
y tiene como único interprete al amor.
Ya no es necesaria la palabra perdón.
pues con ellos se ahoga el amargo rencor.
Son tus besos,
mejores que el vino mas añejo,
que me embriagan, y me calman,
porque dicen que me amas.
Que me sanan, me enloquecen,
me dejan sabor a poco,
me noquean
y me dejan sin noción.
Esos besos que hablan tanto,
sin fecha de vencimiento,
con necesidad de ser repuestos,
y mejorando con los años.
En la cueva de tus labios
mis labios quieren ser ermitaños.
Son mi bálsamo, los sigo saboreando
pero debo confesar que ya los estoy extrañando.
Besos de esposa
que no son cualquier cosa
mucho mas sinceros,
inspirando cien mil de prosas.
Ya no los motivan
de su estómago mariposas
ya son desinteresados y mas reservados
pero que nadie se engañe, son aun mas apasionados.
A mi esposa Ana por sus besos
a los cuales soy adicto.
No quiero abstención
ni pretendo rehabilitación.
Por siempre Oskar Darío
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