Perder para ganar

Perder para ganar Cada día que llego de mi trabajo veo como con sus patitas cortas va Natanael, corriendo hacia el portón, por el largo y estrecho pasillo, para recibirme con un hermoso abrazo. Allí me quedo contemplando y dando gracias a Dios por la dicha de ser papá y poder ver esta escena cada día. Una de las cosas que hacemos es jugar una carrera hasta la puerta de casa, y por supuesto, siempre ganaba él. Pero hoy la historia fue diferente, porque decidí mostrarle que no siempre se gana, así que esta vez corrí de verdad. El resultado obviamente fue llanto de su parte y una buena pataleta, por la frustración. Luego de llamarle la atención con un rezongo por el berrinche, y ya mas calmado le expliqué que no siempre tiene que ganar, y que cuando juegue con sus amigos, estos le van a ganar en mas de una ocasión. Yo siempre pierdo contigo, le dije, pero hoy me tocó ganar, ¿cuál es el problema? Sus ojitos tan expresivos y llenos de lágrimas aún me miraban con atención, y aunque yo p...