TIEMPO

Tiempo- Por Oskar Darío En el silencio de la templada noche primaveral; entre la ansiedad y el insomnio, apareció, colorido y grisáceo, con su inexpresivo semblante, desesperante, no había micro-expresión que denunciara lo que había en su corazón. - ¿Quién eres? ¿Estás triste, feliz?; le pregunté con cierto temor a su respuesta. - Para algunos soy amigo, para otros su peor enemigo; replicó con una voz tenue, casi tan inexpresiva y monótona como su rostro. Recibo odio y amor con la misma intensidad. Habito desde la eternidad. Me conoces desde el vientre de tu madre, pero no siempre fuiste consciente de mí. Disfruté cuando te olvidabas de mi existencia, cuando perdías la noción de mi presencia, cuando tu motivación para acelerarme era que se repitieran aquellos ratos de juego. Deseabas que me apresurara, para que llegara tu hermana de la escuela, y en el bolsillo delantero de su delantal rosado a cuadritos, sustrajera esa bolsita con miguitas de ojitos, o la merienda...