De odontólogos y otras yerbas
"Usted nunca va a leer o escuchar de mi que odio a alguien (esto no aplica a odontólogos)"
Esa fue una actualización de estado en mi muro de Facebook, cinco minutos antes de ingresar a "Odontología" para una extracción de la pieza 46 (hablando en criollo, me iban a arrancar una muela).
Hace poco descubrí una de las cosas a las que más miedo le tengo, y fue en esa misma puerta, cuando luego de muchos años, escuché la noticia: "le vamos a hacer una extracción". Literalmente, comencé a transpirar, y mis manos a temblar, una sensación de pánico se apoderó de mí. No sabía que era tan "maula" con eso.
Debo admitir, que más allá de las grandes agujas y el momento doloroso en el que pasa la anestesia, el odontólogo fue un capo, luchó con esa resistente y podrida muela, mientras escuchaba el resquiebre de la misma. El dolor posterior, fue el normal luego de un forcejeo tal, y ahora estoy a base de medicamentos específicos para aliviar el mismo.
¿A qué voy? Los que me conocen saben que éste tipo de sucesos, no pasan desapercibidos para mí, e indefectiblemente debo escribir una reflexión sobre ellos.
¿La culpa es del Odontólogo por hacerme sufrir el dolor de una extracción, o mía por no haber dado el cuidado a mis dientes? La respuesta es obvia, si con 34 años puedo contar las veces que he ido al dentista, entonces tengo un problema grave. Pero mi primera reacción; mas allá de la exageración en la broma sobre el odio a dichos profesionales, es la de atacar o reaccionar contra el que tiene la solución, aunque la misma sea dolorosa. Esto se podría haber evitado con un lavado diario mas frecuente de mis dientes, con una visita semestral al odontólogo para mantenerlos sanos.
Así reaccionamos en la vida, cuando estamos en alguna situación difícil, dolorosa, o nos mandamos alguna macana, nos agarramos con la persona que más nos banca, más nos ayuda, y seguramente nos aconsejó para evitar que llegásemos a esa situación.
También solemos atacar a Dios por las "injusticias" de éste mundo, cuando la totalidad de ellas han sido previsibles. Solemos atacarlo por la pobreza del mundo, mientras leemos los reportes de "Forbes" sobre las personas más ricas, con cifras extremadamente obscenas, que en 7 vidas no tendríamos tal vez. Basta con ver las cifras que maneja el fútbol, el mercado de pases, los sueldos descomunales que cobran, mientras quienes lo consumen, lo sufren, lo critican, son personas comunes que pagan su entrada para ir al estadio o su cuota mensual para verlo por el cable. ¿Es justa la distribución de esas riquezas? Esto no quita que hay jugadores, empresarios, millonarios que son solidarios y dadivosos, no es a lo que voy. ¿Quién no ha creído en algún momento la utopía de la igualdad, y la redistribución de la riqueza? ¿Quién no ha hablado de los niños de África, o qué madre no lo ha mencionado cuando no queríamos comer nuestra comida? No apelo a que nos sintamos culpables del éxito, no quiero irme de tema, sino que el ejemplo es que solemos enojarnos con quien nos advirtió sobre una situación, o tiene la solución para la misma.
Vivimos en una sociedad en la que se ataca al que hace algo, no se sí por envidia, comodidad, frustración. Donde se confunde la espiritualidad con el estar bien con uno mismo. No puedo estar bien conmigo mismo, ni ser espiritual mientras le estoy dando la espalda a los temas espirituales. Creemos que la inteligencia es negar la existencia de algo que no veo, y le atribuímos sabiduría al ateo, agnóstico o escéptico. Lo cierto es que lo único que esa intolerancia denota la falta de profundidad en nuestra lectura, en el estudio. Es más cómodo decir que Dios no existe, que ponerse a estudiar las posibilidades o no de su existencia. Así vemos a personas sacar textos de contexto para formar miles de pretextos. La ciencia no está peleada con Dios, porque Dios le ha dado al hombre inteligencia, la religión se ha peleado con la ciencia porque ambas partes han sido obtusas, pero los hombres, no Dios.
Si te duele una muela, ya no tiene solución porque las caries llegaron hasta la raíz, ¿te vas a enojar con el dentista? Ahora, sabiendo que tenés que solucionar el problema, que ya es tarde para lamentos, ¿irás a la panadería a hacerte la extracción?.
Esa fue una actualización de estado en mi muro de Facebook, cinco minutos antes de ingresar a "Odontología" para una extracción de la pieza 46 (hablando en criollo, me iban a arrancar una muela).
Hace poco descubrí una de las cosas a las que más miedo le tengo, y fue en esa misma puerta, cuando luego de muchos años, escuché la noticia: "le vamos a hacer una extracción". Literalmente, comencé a transpirar, y mis manos a temblar, una sensación de pánico se apoderó de mí. No sabía que era tan "maula" con eso.
Debo admitir, que más allá de las grandes agujas y el momento doloroso en el que pasa la anestesia, el odontólogo fue un capo, luchó con esa resistente y podrida muela, mientras escuchaba el resquiebre de la misma. El dolor posterior, fue el normal luego de un forcejeo tal, y ahora estoy a base de medicamentos específicos para aliviar el mismo.
¿A qué voy? Los que me conocen saben que éste tipo de sucesos, no pasan desapercibidos para mí, e indefectiblemente debo escribir una reflexión sobre ellos.
¿La culpa es del Odontólogo por hacerme sufrir el dolor de una extracción, o mía por no haber dado el cuidado a mis dientes? La respuesta es obvia, si con 34 años puedo contar las veces que he ido al dentista, entonces tengo un problema grave. Pero mi primera reacción; mas allá de la exageración en la broma sobre el odio a dichos profesionales, es la de atacar o reaccionar contra el que tiene la solución, aunque la misma sea dolorosa. Esto se podría haber evitado con un lavado diario mas frecuente de mis dientes, con una visita semestral al odontólogo para mantenerlos sanos.
Así reaccionamos en la vida, cuando estamos en alguna situación difícil, dolorosa, o nos mandamos alguna macana, nos agarramos con la persona que más nos banca, más nos ayuda, y seguramente nos aconsejó para evitar que llegásemos a esa situación.
También solemos atacar a Dios por las "injusticias" de éste mundo, cuando la totalidad de ellas han sido previsibles. Solemos atacarlo por la pobreza del mundo, mientras leemos los reportes de "Forbes" sobre las personas más ricas, con cifras extremadamente obscenas, que en 7 vidas no tendríamos tal vez. Basta con ver las cifras que maneja el fútbol, el mercado de pases, los sueldos descomunales que cobran, mientras quienes lo consumen, lo sufren, lo critican, son personas comunes que pagan su entrada para ir al estadio o su cuota mensual para verlo por el cable. ¿Es justa la distribución de esas riquezas? Esto no quita que hay jugadores, empresarios, millonarios que son solidarios y dadivosos, no es a lo que voy. ¿Quién no ha creído en algún momento la utopía de la igualdad, y la redistribución de la riqueza? ¿Quién no ha hablado de los niños de África, o qué madre no lo ha mencionado cuando no queríamos comer nuestra comida? No apelo a que nos sintamos culpables del éxito, no quiero irme de tema, sino que el ejemplo es que solemos enojarnos con quien nos advirtió sobre una situación, o tiene la solución para la misma.
Vivimos en una sociedad en la que se ataca al que hace algo, no se sí por envidia, comodidad, frustración. Donde se confunde la espiritualidad con el estar bien con uno mismo. No puedo estar bien conmigo mismo, ni ser espiritual mientras le estoy dando la espalda a los temas espirituales. Creemos que la inteligencia es negar la existencia de algo que no veo, y le atribuímos sabiduría al ateo, agnóstico o escéptico. Lo cierto es que lo único que esa intolerancia denota la falta de profundidad en nuestra lectura, en el estudio. Es más cómodo decir que Dios no existe, que ponerse a estudiar las posibilidades o no de su existencia. Así vemos a personas sacar textos de contexto para formar miles de pretextos. La ciencia no está peleada con Dios, porque Dios le ha dado al hombre inteligencia, la religión se ha peleado con la ciencia porque ambas partes han sido obtusas, pero los hombres, no Dios.
Si te duele una muela, ya no tiene solución porque las caries llegaron hasta la raíz, ¿te vas a enojar con el dentista? Ahora, sabiendo que tenés que solucionar el problema, que ya es tarde para lamentos, ¿irás a la panadería a hacerte la extracción?.
Comentarios
Publicar un comentario