Volver al futuro

Ayer hablando con 2 personas, surgió la típica pregunta filosófica: ¿te gustaría volver el tiempo atrás? y su afirmación fue que debo ser la única persona que no volvería el tiempo atrás. No creo ser el único que piensa así, pero mis argumentos para dicha respuesta es que respeto el tiempo pasado que ha formado quien soy, es más, respeto quien soy. Ésto no significa que me sienta perfecto, de hecho, estoy muy consciente de mis defectos, los cuales me avergüenzan, y trabajo en ellos. Tampoco significa que no haya cometido errores, que haya tomado siempre buenas decisiones, no! He matado gente con mis palabras, he herido personas con mis actitudes, con mis acciones. He cometido injusticias con gente que amo y he sido prejuicioso. Pero no quiero volver atrás, porque todavía tengo mucho hacia adelante, y hoy tengo la oportunidad de cambiar el mañana, de enmendar mis faltas, de corregir mis errores. No quiero volver al pasado, porque las consecuencias de malas decisiones me dejaron valiosas lecciones, y vaya que perdí tiempo y dinero! No quiero volver al pasado, porque en esencia, si estoy de pie, es porque la gracia de Dios ha estado sobre mi vida, y si cambiara algo del pasado traicionaría a quien hoy soy. Puedo hablar de perdón de pecados, porque siendo pecador, Jesús me perdonó, puedo decirle Salvador, porque estando perdido, Él me encontró, porque tengo el privilegio que los ángeles no, ellos no pueden decir Redención.