Yendo al carajo (perdone la expresión)
Nos estamos yendo al carajo (perdone la expresión); dice el revolucionario de facebook que lee sólo el título de una noticia, y comienza a insultar sin fundamentos.
Nos estamos yendo al "carajo" dice el que se tiene como liberal, pero defenestra la opinión que lo contraría.
Nos estamos yendo al carajo dice el que comparte videos de acciones heroicas, de una sociedad con la que sueña, pero desconoce la satisfacción de dar al que más necesita, de conversar con un extraño, de ayudar a esa sociedad a la que él critica. De dedicarle tiempo a una persona que está sufriendo, que está pasando un mal momento, y necesita ser escuchada; ni siquiera aconsejada, sino sentir la valía que tiene como para alguien le regale su tiempo, aunque éste sepa que nunca lo va a recuperar.
Nos estamos yendo al carajo, y no vamos a hacer nada? O ese "nos estamos" te está eximiendo de la culpa, la responsabilidad y la oportunidad de cambiar? (porque no basta con saber que estás mal si no estás dispuesto a cambiar)
¿Nos estamos yendo al "carajo" o son las mismas miserias de siempre?; hoy más expuestas por las redes sociales y las grabaciones con celular. Si bien hay una decadencia notoria de valores, muchas prácticas que hoy salen a luz se han mantenido "ocultas" a las masas. Hoy todos denuncian con sus celulares y se horrorizan, pero estoy seguro que hay más denuncias por la red social que en la seccional policial, porque no se entrometen cuando ven las injusticias. Para ayudar lo tienen que hacer público, tienen que contarlo en un "estado", a los cuatro vientos, mientras se sientan a esperar un aplauso.
Hay un principio bíblico que se cumple y es lo mejor que he experimentado: el que da, comparado al que recibe, es mucho más bienaventurado. Hace siglos nos estamos yendo al carajo, por gente que se queja de la juventud que se está yendo al carajo, olvidando que ellos eran los jóvenes antes también criticados. Nos vamos al carajo en ese momento que pasamos a ser críticos de todo y activistas de nada.
He regalado cosas, nadie se ha enterado, he recibido dádivas, muchos me han perdonado, y sé que es una cosecha porque perdón es lo que he sembrado. No quiero irme al carajo, sin antes haber luchado, sin haber jugado con mis hijos, con el celular apagado. No quiero arrepentirme de no haberles aconsejado que aunque sean lastimados siempre hay alguien que necesita ser ayudado, que aunque los hayan defraudado pueden hacer la diferencia, no siendo resentidos ni demasiado desconfiados, que aunque escuchen que todo se va al carajo puedan vivir esperanzados porque siempre el cambio estará en sus manos.
No me pida que lo acompañe al carajo, prefiero ir para el otro lado, aunque me tilden de loco, iluso o hasta de tarado. Sigamos creyendo, sigamos luchando, encendamos llamitas que se junten con otras, y otras con otras, y tal vez algún día hagan una fogata tan grande que les diga que ese camino ya fue transitado y no condujo a ningún lado. Que se vuelvan a los valores, que vuelvan a creen en la familia, en Dios y vuelvan a tener fe, porque no está todo acabado.
Oskar Darío
Nos estamos yendo al "carajo" dice el que se tiene como liberal, pero defenestra la opinión que lo contraría.
Nos estamos yendo al carajo dice el que comparte videos de acciones heroicas, de una sociedad con la que sueña, pero desconoce la satisfacción de dar al que más necesita, de conversar con un extraño, de ayudar a esa sociedad a la que él critica. De dedicarle tiempo a una persona que está sufriendo, que está pasando un mal momento, y necesita ser escuchada; ni siquiera aconsejada, sino sentir la valía que tiene como para alguien le regale su tiempo, aunque éste sepa que nunca lo va a recuperar.
Nos estamos yendo al carajo, y no vamos a hacer nada? O ese "nos estamos" te está eximiendo de la culpa, la responsabilidad y la oportunidad de cambiar? (porque no basta con saber que estás mal si no estás dispuesto a cambiar)
¿Nos estamos yendo al "carajo" o son las mismas miserias de siempre?; hoy más expuestas por las redes sociales y las grabaciones con celular. Si bien hay una decadencia notoria de valores, muchas prácticas que hoy salen a luz se han mantenido "ocultas" a las masas. Hoy todos denuncian con sus celulares y se horrorizan, pero estoy seguro que hay más denuncias por la red social que en la seccional policial, porque no se entrometen cuando ven las injusticias. Para ayudar lo tienen que hacer público, tienen que contarlo en un "estado", a los cuatro vientos, mientras se sientan a esperar un aplauso.
Hay un principio bíblico que se cumple y es lo mejor que he experimentado: el que da, comparado al que recibe, es mucho más bienaventurado. Hace siglos nos estamos yendo al carajo, por gente que se queja de la juventud que se está yendo al carajo, olvidando que ellos eran los jóvenes antes también criticados. Nos vamos al carajo en ese momento que pasamos a ser críticos de todo y activistas de nada.
He regalado cosas, nadie se ha enterado, he recibido dádivas, muchos me han perdonado, y sé que es una cosecha porque perdón es lo que he sembrado. No quiero irme al carajo, sin antes haber luchado, sin haber jugado con mis hijos, con el celular apagado. No quiero arrepentirme de no haberles aconsejado que aunque sean lastimados siempre hay alguien que necesita ser ayudado, que aunque los hayan defraudado pueden hacer la diferencia, no siendo resentidos ni demasiado desconfiados, que aunque escuchen que todo se va al carajo puedan vivir esperanzados porque siempre el cambio estará en sus manos.
No me pida que lo acompañe al carajo, prefiero ir para el otro lado, aunque me tilden de loco, iluso o hasta de tarado. Sigamos creyendo, sigamos luchando, encendamos llamitas que se junten con otras, y otras con otras, y tal vez algún día hagan una fogata tan grande que les diga que ese camino ya fue transitado y no condujo a ningún lado. Que se vuelvan a los valores, que vuelvan a creen en la familia, en Dios y vuelvan a tener fe, porque no está todo acabado.
Oskar Darío
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