Amor Tangible (? By-Oskar Darío




Amor Tangible (? By-Oskar Darío


Es imposible amar desde la óptica distorsionada, egocéntrica, humana, finita y egoísta que tenemos del amor. A veces amamos la idea de amar pero no amamos a las personas. Terminamos siendo amadores de nosotros mismos, con nuestros caprichos; a tal punto de no estar dispuestos a renunciar a nuestros propios deseos para satisfacer una necesidad ajena, porque anteponemos nuestro placer, nuestro orgullo, nuestra felicidad, olvidándonos que la mayor bienaventuranza está en dar, más que en recibir, y ahí está el secreto de la felicidad. No siempre se mueve por sentimientos, no siempre nos "mueve el piso"(a veces no mueve nada), y hasta nos invita a hacer sacrificios. Creo que cuando amamos, ya no nos pertenecemos en cierta manera. Hace unos días, nuestros dos hijos se pusieron de acuerdo en vomitar, los dos casi simultáneo, y por supuesto, en la madrugada! Ana no tiene estómago para limpiar los vómitos, por lo cual asumí yo ese rol, antes de que ella vomitara también. Preguntanos si teníamos ganas de amanecer limpiando, dormir poco, y mal, porque ante cada arcada rebotábamos como resorte en la cama. Pero está implícito, no viene en el "Manual de Padres", no se analiza ni se cuestiona, casi instintivamente se entrega.
Queremos entender el amor desde el hedonismo, desde el "siento o no siento", desde las mariposas en el estómago, desde el "me da lo que necesito", o el "cómo me siento". Entonces cuando ya no te da lo que necesitas, buscás por otro lado lo que antes recibías de esa persona, bajo la excusa del "ya no siento nada", "se acabó el amor", ¿por qué nos olvidamos de esa parte en que el amor "no busca lo suyo"? La gente hoy no cree en el matrimonio, bajo la consigna "es solo un papel"; lo cual desnuda el miedo al compromiso, el miedo a perder, el miedo a renunciar, porque donde pasen los años y se haya desgastado, será mucho más fácil descartar, como quien compra un celular nuevo para cambiar el obsoleto. Llevamos 12 años y medio de casados, pasamos por etapas saladas con Ana, desde pobreza, incomprensión, falta de madurez, tentaciones, incomunicación, hasta hablar idiomas diferentes. Ganas de salir corriendo a "la casa de mamá", ganas de no llegar a casa, ganas de renunciar. Y no estamos juntos por una cuestión religiosa que nos prohíba divorciarnos sino por amor, un amor que va más allá de lo cursi (aunque lo sigo siendo). Todos sabemos que no existe tal cosa como la familia perfecta, pero sí existe la familia que construye felicidad, desde los valores del compromiso. Que no toma la vía fácil, el camino más corto, que tuvo tiempo para decidir que la persona con la que está era la persona para toda la vida, y que no retrocede estando a mitad de camino, que entiende lo sagrado del matrimonio y lo dañino de un divorcio, y que antes de pensar a llegar a esa instancia, ha quemado TODAS las naves; con menos no alcanza.
También existe el que no limita el amor al matrimonio o la familia, que perdona al amigo que le ha fallado, que da oportunidades, que pide perdón. Que le da tiempo a un desconocido, sabiendo que nunca lo va a recuperar, y con la certidumbre de que tal vez nada vaya a cosechar. Que se hace el tiempo que muchos dicen no tener, que da lo que muchos dicen no poseer y que mata al orgullo, estando dispuesto a ceder.
Todos escriben sobre el amor, ninguno de nosotros se acerca a describir con exactitud tal virtud. Unos comprenden una faceta, tal vez más, pero tan complejo es, que cuando creemos saber cómo funciona, nos actualizan su versión.
Oskar Darío

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