Creo en la familia
Pienso mucho en la familia; hoy hablaba con un amigo sobre eso. Creo en ella como institución puesta por Dios y como base de una sociedad sana. Y te pido perdón si con una foto, un piropo o muestras de amor te di la impresión de querer mostrar una familia perfecta, que nunca pelea, ni tiene diferencias. No lo es, nunca lo fue, he sido infumable, pobre Ana; con la diferencia de que no publicamos nuestros problemas en las redes sociales. Y ¿qué nos ha sostenido durante 12 años de casados, habiéndonos unido tan jóvenes en matrimonio? No ha sido la perfección, ha sido la gracia de Dios, el poder del acuerdo, de que las muchas aguas no podrán apagar el amor ni lo ahogarán los ríos, de trabajar sobre la relación, de respetar los tiempos individuales, de soportar los procesos duros y compartir las alegrías, de no hacer desechable algo que prometimos para siempre. Muchas de las cosas que hacemos las tenemos como normales en nuestra vida cotidiana, hasta que vemos como se ningunea el compromiso entre dos partes, cuando en nuestro entorno vemos tantas familias disfuncionales, madres solteras haciendo de madre y padre, hijos abandonados en todo sentido por alguno de sus padres, infidelidad, cuando aparece alguien más joven, más bonito/a, el/ella sí me entiende, se terminó el amor, etc.
Y nos propusimos hace años no acostumbrarnos al aburrimiento, a la monotonía, a la falta de detalles, y hoy decidimos dar otros pasos, como escuchar a otros que pueden aconsejarnos; porque realmente no sabemos nada, entendimos que no la tenemos nada clara.
Agradezco a Dios la bendición de tener una familia, de ver a mis hijos a punto de cumplir 5 y 8 años y que me digan "papi", y anhelo que al mirar a su madre sueñen con una esposa así, y cuando vean a su padre digan: Yo quiero ser así.
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