Cero ¿a la izquierda?

¡Qué impotencia me da sentirme un cero a la izquierda en algunas cosas y darme cuenta de que me dejé arrastrar al rincón olvidado, permitiendo la desvalorización, no por las personas, sino por la falta de hambre!

Y ¿qué tiene que ver el hambre en estas cuestiones? Es que te llegás a desenfocar de una manera tal que empezás a hacer las cosas por costumbre y para los hombres, que te olvidás del peso eterno de tus acciones, sobre las personas y sobre aquello que no vemos! No hay cosa peor que hacer las cosas por costumbre, o movidos por agentes externos; halagos o críticas, que condicionan nuestra efectividad. Es así que comenzamos a dar golpes al aire, diciendo a todo que sí, sin detenernos siquiera a pensar que, por buenas que sean las intenciones, nos estarán robando tiempo para lo que debemos realmente hacer. 

"Afortunados los que tienen hambre y sed de justicia, porque quedarán completamente satisfechos por Dios". (La Biblia PDT)

Una de las trampas más comunes es la de llegar a una meta y creer que ya está, es como liberar esa tensión que te llevó a ese lugar y apoltronarte en la zona de confort, en el sillón del título obtenido. Y claro que tienes derecho a descansar y disfrutar de tus logros, pero no a dejar apagar el fuego.
Messi es un jugador de fútbol fuera de serie, como pocos, que tiene un hambre de logros terrible; lo único que no ha ganado es la copa mundial con su selección! Sin embargo lo ves y trabaja como si no hubiera logrado nada. Sin embargo hay otros jugadores que se conformaron con sólo llegar a Europa o a un cuadro grande de Uruguay, perdieron el hambre; antes se embarraban, se bañaban con agua fría, ahora si no es un hotel 5 estrellas no van a ningún lado.

El trabajo de mantener el fuego en nuestro interior no depende de otra persona más que de nosotros mismos! No hay Dios, líder, gobierno, amor, familiar, ni persona alguna que pueda avivar esa llama que nosotros permitimos que se apague. 

¿Por qué gastar su dinero en alimentos que no les dan fuerza?¿Por qué pagar por comida que no les hace ningún bien? Escúchenme, y comerán lo que es bueno; disfrutarán de la mejor comida. Isaías 55:2 (La Biblia NTV)

Cuando nos olvidamos porqué estamos haciendo lo que hacemos, cuando perdemos el propósito, comenzamos a enfocarnos en la búsqueda de culpables de nuestras insatisfacción, nada nos sacia, y es más, se profundiza nuestra soledad y frustración. 
¿Te acordás cuando pasabas horas haciendo algo que te apasionaba? ¡Eso que seguramente hoy te cuesta hacer, aunque te paguen! ¿Te acordás la pasión con la que te esforzaste para terminar esa carrera, y hoy que lo lograste te pesa ejercer? ¿Te acordás aquellas miradas, charlas interminables, besos apasionados que compartías con tu novia que hoy es tu esposa y ya ni siquiera miras? 

Hambre, es lo que nos mantiene despiertos, apasionados, alertas, luchando, persistiendo. 

Servir al Dios que creó todas las cosas es lo más loco que nos pudo llegar a ocurrir, no lo tomes como algo normal, ¡porque de cierto que no lo es! Aún así, el servicio no es tan importante como el privilegio de haber recibido esa invitación a cenar con él, en la intimidad, el poder charlar a corazón abierto, sin máscaras, sin falsedades, sin títulos, sin prejuicios, sin condenas. 
 ¿No te pasó de adolescente de ver a una persona inalcanzable, y ni siquiera acercarte porque sabes que, directamente, no tienes chance? Así de inalcanzable parece Jesús, por su perfección, mas sin embargo, Él mismo está extendiendo la invitación a saciarte en él, en su justicia y en su inmenso amor. Porque no lo elegimos nosotros a él, sino que él nos amó primero. 
Podés ser un cero a la izquierda o ser el valor agregado en ésta vida que no está hecha para figurar.

Oskar Darío

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